El fútbol según Inma: Fiesta en Valencia
El sábado viví la experiencia más gratificante como zaragocista. Más de 11.000 personas apoyando a un equipo que se juega a una carta el seguir en primera división, el mayor desplazamiento en la historia de la liga, que se dice pronto.
El viaje para nosotros fue algo casi improvisado, nos decidimos el jueves al saber que aún quedaban entradas y era llegar y cogerlas, ya que el trabajo nos impedía hacer semejantes colas. También improvisamos la compañía con la que haríamos el viaje ya que fuimos con un compañero de Raúl, Manolo, y parte de su familia entre los que estaba su hijo, una posible futura estrella del fútbol, Dani Lasauca, capitán del Amistad.
Llegamos a Valencia sobre las 16h, después de haber parado a comer, y en cuanto cruzamos la primera avenida supimos lo que se estaba cociendo allí. Varias terrazas de la avenida eran blanquillas. Mientras buscábamos el campo para aparcar cerca, seguimos viendo zaragocistas por donde pasábamos. Cuando encontramos sitio para aparcar y bajamos del coche, fue cuando alucinamos del todo. Frente al campo del Levante un centro comercial absolutamente invadido, se podía oír cánticos desde lejos. Justo al otro lado un parque enorme, blanquillo también, en el que los abuelitos asiduos a él no podían creer lo que estaban viendo, menudo espectáculo! Botellones, cánticos, era mucho más divertido que cualquier obra!
Después de dar una vuelta por el parque y tomar unas cervecitas en el centro comercial, seguimos andando y llegamos a la cafetería de un campo de fútbol un poco más apartado, pero lleno de zaragocistas. De hecho el camarero empezó a ponernos los audios del gol de Nayim, el de Galleti, y hasta el himno, vamos, una fiesta zaragocista. Y todo esto antes del partido, el plato fuerte estaba todavía por llegar.
Sobre las 20h nos fuimos a los alrededores del campo donde pudimos ver a Paco Ortiz Remacha rodeado de zaragocistas así que no desaproveché la ocasión de fotografiarme con él. Simpático y optimista. Por lo visto también apareció por allí Zapater, al que incluso intentaron mantear, según me contó la sobrina de Manolo, María.
Aquí llega el primer plato fuerte: la llegada del autobús. Jamás había visto semejante barbaridad. Miles de zaragocistas (incluso algún infiltrado levantino con ganas de fiesta) cantando sin parar para recibir a los nuestros, primero pasa el autobús del Levante en el cual se ve a más de uno aplaudiendo hacia nosotros (alucinaban). Y llega nuestro autobús. Podemos ver como varios jugadores nos graban con sus portátiles y móviles impresionados por lo que están viendo, y nos muestran unas pancartas en las que pone “gracias afición”.
Ese fue un momento inolvidable para todos pero faltaba lo más importante, el partido.
Sobre las 21h entramos al campo y fuimos viendo en esa hora como el campo granota se iba tiñendo de blanco. Los nervios se iban apoderando de nosotros poco a poco y ya por fin llegan las 22h. Aplaudimos a nuestros jugadores como creo que nunca antes se había hecho en la Romareda. El ambiente era otro. Los cánticos no cesaron en todo el partido y cuando Gabi marcó el primer golazo se desató la locura. Con el segundo gol los nervios empezaron a calmarse hasta el 1-2. Desde luego este equipo estaba destinado a sufrir hasta el último minuto del último partido, no podía ser de otra manera.
Cuando el árbitro pitó el final fue un cocktail de sentimientos explosivo; felicidad, emoción, fue como una liberación, tanto sufrimiento había merecido la pena. Todos los jugadores saltaron al campo, y media hora después del partido la afición zaragocista seguíamos cantando y animando como si no hubiera acabado. Seguíamos en primera un año más. Objetivo cumplido.
Quiero agradecer especialmente esta experiencia a la gente con la que fuimos ya que sin conocernos lo pasamos genial y por supuesto a nuestro capitán Gabi, aunque seguramente le quede poco en el club nunca le vamos a olvidar por todo lo que ha dado por este equipo. Gracias capitán.
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